Mascarillas capilares
Mascarillas capilares para lucir una melena perfecta
Las mascarillas capilares se definen como tratamientos para el cabello, generalmente elaborados con aceites y otros ingredientes nutritivos. Se encargan de nutrir el pelo y aportarle otros beneficios estéticos e higienizantes. Este tipo de producto tiende a ser rico en propiedades hidratantes y restauradoras y sus efectos comienzan a actuar al poco de aplicarse.
Encontrar la adecuada para cada usuario depende del tipo de cabello que este tenga. A modo de ejemplo, los más frecuentes son:
- Cabello normal. Tienes un amplio margen de actuación. Por ejemplo, si quieres conseguir una textura sedosa, procura elegir la combinación de mascarilla y suavizante. Si quieres que las puntas se muestren más revitalizadas, apuesta por los modelos nutritivos.
- Cabello graso. Evita las mascarillas que actúen sobre el cuero cabelludo. Los productos para este tipo de pelo han de añadir volumen y frescor. Conviene que las apliques solo hasta las puntas.
- Cabello seco. Este tipo de pelo requiere ante todo hidratación. En este sentido, una combinación de mascarilla hidratante y nutritiva una vez a la semana suele dar buenos resultados. Otra alternativa puede encontrarse en un tratamiento con mascarilla hidratante en la base y mascarilla nutritiva en las extremidades.
- Cabello fino. Las mascarillas para volumen e hidratación son muy recomendables para domarlo, prevenir el encrespamiento y la electrificación. Si tu cabello es delgado pero no encrespado, procura elegir modelos revitalizantes en lugar de nutritivos, para que le agreguen volumen.
- Cabello teñido. Aunque no es un tipo de cabello stricto sensu, puede ser considerado como tal a la hora de elegir una mascarilla. Suelen fabricarse mascarillas especiales para cabellos teñidos que se pueden aplicar una vez a la semana, alternando con la mascarilla base. De este modo, el cabello se restaurará y fortalecerá.
Cuida de tu higiene capilar con los productos de nuestra farmacia
Estas mascarillas resultan fáciles de integrar en tu rutina de cuidado capilar. Aunque hay muchas formas de aplicarlas, lo más recomendable es hacerlo tras haber lavado el cabello con champú, para que pueda encontrarse completamente limpio y listo para absorber los ingredientes clave de la mascarilla. Es recomendable que uses este tipo de tratamiento, cómo mínimo, una vez a la semana. Incluso, si tu cabello tiene una apariencia o sensación más seca o dañada de lo habitual, puedes aumentar la frecuencia hasta dos o tres veces por semana.
Para empezar a aplicarla, basta con que comiences utilizando una cantidad del tamaño aproximado de un guisante. Luego masajea con suavidad el producto hacia abajo durante medio minuto, hasta que el contenido se introduzca y la cutícula quede sellada.
Conviene que dejes actuar la mascarilla en el cabello durante, al menos, tres o cinco minutos. En caso de que tu pelo esté deshidratado o áspero, puedes dejar que penetre en la melena húmeda por entre 15 y 20 minutos. En caso de aplicarse en seco, puedes dejarlo actuar toda la noche, ya que este tipo de cabello es menos poroso, por lo que hay menos riesgo de generar una humedad excesiva.
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